Hoy por hoy la sociedad (la nuestra) se caracterizada por el uso
generalizado de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en
todas las actividades humanas y por una fuerte tendencia a la mundialización
económica y cultural (ver exige de todos los ciudadanos nuevas competencias
personales, sociales y profesionales para poder afrontar los continuos cambios
que imponen en todos los ámbitos los rápidos avances de la Ciencia y la nueva
“economía global”.
El impacto que conlleva el nuevo marco globalizado del mundo actual y sus
omnipresentes, imprescindibles y poderosas herramientas TIC, está induciendo
una profunda revolución en todos los ámbitos sociales que afecta también, y muy
especialmente, al mundo educativo. Estamos ante una nueva cultura que supone
nuevas formas de ver y entender el mundo que nos rodea, que ofrece nuevos
sistemas de comunicación interpersonal de alcance universal e informa de
“todo”, que proporciona medios para viajar con rapidez a cualquier lugar e
instrumentos tecnificados para realizar nuestros trabajos, y que presenta
nuevos valores y normas de comportamiento. Obviamente todo ello tiene una
fuerte repercusión en el ámbito educativo:
Ante la efervescente y cambiante sociedad actual, las necesidades de
formación de los ciudadanos se prolongan más allá de los primeros estudios
profesionalizadores y se extienden a lo largo de toda su vida. La formación
continua resulta cada vez más imprescindible, tanto por las exigencias
derivadas de los cambios en los entornos laborales como también para hacer
frente a los cambios que se producen en los propios entornos domésticos y de
ocio.
Crece la importancia de la educación informal a través de los medios de
comunicación social y muy especialmente Internet. Aunque los conocimientos
adquiridos ocasionalmente a través de estos medios muchas veces resultan
desestructurados y poco precisos, la cantidad de tiempo que las personas les
dedican y las infinitas posibilidades de acceso a atractivas informaciones
multimedia que proporcionan (periódicos y revistas, películas, programas TV,
informativos de actualidad, reportajes, todo tipo de páginas web, juegos…)
hacen de ellos una de las principales fuentes de información y formación de los
ciudadanos.
Todo se revisa, todo cambia: los objetivos y los programas de las
instituciones formativas (que entre otras cosas incluye la alfabetización
digital), las infraestructuras físicas y tecnológicas, la organización y
gestión de los centros, los materiales formativos y las metodologías que se utilizan…
Se va perfilando un nuevo modelo de escuela y de instituciones formativas en
general (ver (ver · Aparecen nuevos entornos formativos en el ciberespacio, que
liberan a los estudiantes y profesores de las exigencia de coincidencia en el
tiempo y en el espacio, y facilitan así el acceso a la formación en cualquier
circunstancia a lo largo de toda la vida. Los nuevos sistemas de formación
on-line (aprovechando los recursos informáticos y el ciberespacio) mejoran con
mucho las prestaciones de la enseñanza a distancia tradicional, que solamente
disponía del correo, el teléfono y la radio-televisión como canales de
comunicación y difusión de los recursos didácticos audiovisuales y en papel.
Y por supuesto todo ello exige nuevas competencias profesionales para los
formadores.
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